El peso está en la parte inferior

Los cuatro principios básicos de
Koichi Tohei Sensei

Descansamos en el Punto Uno
Estamos completamente relajados
El peso está en la parte inferior
El Ki se extiende infinitamente

Onegaishimasu. Buenas tardes a todos. 

Alumnos: Buenas tardes, Sensei. 

Esta tarde comentamos el tercero de los Cuatro Principios Básicos, “El peso está en la parte inferior”.

Los “Cinco Principios de la Calma” (El peso está en la parte inferior). 

1) Una postura que es la más cómoda.
2) Una postura en la que el cuerpo se sienta ligero. 
3) Una postura en la que el Ki esté totalmente.
4) Una postura flexible en la que podamos adaptarnos a circunstancias cambiantes.
5) Una postura en la que podamos ver y sentir las cosas con claridad. 

Cuando mi estudiante japonesa, Sayaka Reasoner, y yo estábamos trabajando en esto, me di cuenta por primera vez de que en realidad no dice “Los Cinco Principios del ‘Peso Bajo’”. Dice “Los Cinco Principios de la Calma”. Las palabras “peso bajo” no están ahí. Esto no significa que Tohei Sensei nunca haya dicho eso, por supuesto. Le hemos oído utilizar ese término, “peso bajo”, con bastante frecuencia. Sin embargo, no se sabe cómo se tradujo incorrectamente este importante principio.  

Creo que es importante reconocer que estos cinco aspectos de la calma surten efecto a través de nuestro estado mental, y no sólo a través de algún cambio que hagamos en nuestra postura física sencillamente. 

Entonces, ¿cómo surge esta calma en nosotros? La calma no se produce por sí sola, sino que es un efecto secundario de una acción. La acción que siempre conduce a la calma es la conciencia, la atención. La calma se produce al prestar atención. Siempre que prestamos atención en algo, como el sonido de ese pájaro, nos calmamos. Cuando escuchamos el sonido del pájaro, tenemos una sensación de suavidad en la parte baja del estómago. Nos sentimos tranquilos. 

Esta sensación es una especie de beneficio secundario de la conciencia. A menudo pensamos en un efecto secundario como algo que viene después. Pero en este caso, la calma no viene después de la acción de prestar atención, sino que ocurre al mismo tiempo, durante el evento. Acompaña la acción. Sin embargo, curiosamente, si intentamos estar tranquilos, no funciona. Pero si simplemente prestamos atención a algo, entonces ya estamos tranquilos. En otras palabras, cuando prestamos atención, estamos en calma. No podemos prestar atención sin estar en calma. Si intentamos estar en calma sin prestar atención, es decir, queriendo estar en calma, no hay calma, ya que no hay nada a que prestar atención. 

Cuando practicamos, encontramos una infinidad de “cosas” a las que prestar atención.  Por ejemplo, mucha gente enseña a meditar con la llama de una vela, que nos da algo a que prestar atención, y así nos calmamos. Hacemos la Respiración Ki, y al prestar atención a esta espiración e inspiración, tenemos una sensación de profunda calma. Hacemos la Meditación Ki, y al prestar atención profunda a la expansión universal, y luego a la contracción universal, nos ponemos muy tranquilos. Tengo un pergamino en la pared de mi sala de meditación en casa, y a menudo abro los ojos y simplemente descanso mi atención en el pergamino, a veces repitiendo las palabras para mí mismo, una y otra vez, y a veces simplemente mirándolo: 

Masa Katsu A Gatsu Kachi Haya Bi” = “La verdadera victoria sobre el yo trasciende el tiempo y el espacio

Estos son ejemplos de prestar atención. Cuando realmente aprendemos a estar en conciencia en todo momento, estamos aprendiendo a estar en un estado de calma.  A menudo, cuando simplemente descansamos en esta conciencia, no tenemos necesidad de tener un objeto de esa conciencia.  A esto lo llamamos “conciencia sin objeto” y esto produce el nivel más profundo de calma. En última instancia, no necesitamos tener una “cosa” a la que prestar atención.  La atención, o sea la conciencia, es el estado original y natural de la mente misma. Por eso nos sentimos tan bien cuando experimentamos la calma, porque siempre acompaña a esta condición natural.  

La calma no se trata de la autoconciencia. Si decimos: “Oh, mira, ahora estoy muy tranquilo”, eso ya indica un poco de perturbación. En cuanto pensamos: “Estoy muy tranquilo”, puede que estemos algo tranquilos, pero hay un poco de perturbación que estamos poniendo en ello. Cuando no es autoconsciente, no está enfocado en sí mismo, entonces la conciencia es sólo un estado de ser. No es el acto de “mirar”. No es mirar algo, lo cual crea dos, yo y mi calma. Eso no es la verdadera calma. La verdadera calma es simplemente estar en ella, sin apartarse de ella. Un estado de conciencia sin ningún objeto es simplemente el estado puro, original y natural de la mente, y entiendo que esta experiencia es lo que Tohei Sensei quiere decir cuando dice “la verdadera calma”.

A veces, Tohei Sensei enseñaba el brazo imposible de levantar. Ese es el tercer movimiento en el test de Ki. Más adelante en este test, también tenemos el cuerpo imposible de levantar. Estas son pruebas que comprueban nuestro estado de mente. Por eso lo llama “peso inferior”, debido a la experiencia cuando alguien trata de levantarnos. No es una sensación de pesadez. Al contrario, es una sensación de ligereza, de boyantía. Tohei Sensei dice aquí: “una postura en la que el cuerpo se siente ligero”. Si tratamos de hacer que el brazo sea pesado, por ejemplo, y luego alguien pone a prueba empujándonos el brazo hacia arriba desde abajo, vamos a reaccionar a eso empujando de nuevo hacia abajo, y así fallando la prueba. Una condición natural es una condición no autoconsciente. En otras palabras, no intentamos hacernos pesados.  No estamos tratando de alterar ninguna condición. Cuando estamos en nuestro estado natural, la sensación es una ligereza del ser. Esto es lo que Tohei Sensei denomina “peso inferior”. 

Comodidad, ligereza, extensión total, flexibilidad, disposición a adaptarse a cualquier circunstancia y ver todas las cosas con claridad son estados mentales naturales, que aparecen cuando estamos en una profunda sensación de calma. Nos gustan las palabras “peso inferior”, porque la sensación es como si cada átomo de nuestro cuerpo estuviera descansando en su condición natural. Si intentas levantarme, y yo “mantengo el peso bajo”, no podrás levantarme. Me sentiré muy, muy pesado para ti. Pero para mí, no me siento pesado. Me siento muy ligero y flotante. 

Bien, creo que eso es todo lo que tengo que decir sobre el peso inferior o la calma como introducción, así que, por favor, añadid algo a la discusión. 

Alumno: Sensei, cuando uno experimenta el peso inferior, ¿puede uno decir que se siente “enraizado”? 

Hmmm. Lo que siento, mi experiencia personal, es que cuando estoy de pie con el peso bajo, me siento como si fuera completamente parte del tatami debajo de mis pies y del aire que me rodea. Tal vez no se pueda describir esto de forma relativa, porque no hay nada parecido en la condición relativa. Se siente como si toda la tierra fuera mis pies. Pero entonces el aire que me rodea también se siente igual, así que no es una sensación de sólo estar abajo, que tiene que ver con el suelo, así que tal vez no tanto “enraizado” como dices, sino una sensación de conexión completa con el aire y las paredes y tú, la gente que me rodea, todo. Cuando estoy completamente relajado y conectado, así es como se siente. En este estado, lo que experimentas en todas partes eres “tú”.  

Alumno: ¿Significa eso saber que somos el centro del Universo? 

Sí, por supuesto. Es así para todos nosotros en nuestra condición natural. No siempre podemos sentirlo o tener esa experiencia. Si, por ejemplo, nos hemos distraído pensando en esto, entonces simplemente estamos especulando, y no estamos verdaderamente en atención. Prestar atención significa, de nuevo, darse cuenta en el momento presente, estar atento al presente, no prestar atención a algo que nos aleja del presente. Esto es la ausencia total de especulación. Aunque diré que es posible contemplar una acción que hemos tenido en el pasado o la naturaleza de algo que puede ocurrir en el futuro sin que se convierta en una distracción. Podemos contemplar eso profundamente, permitiendo que se desarrolle de su propia manera, y no tratando de convertirlo en una historia SOBRE nosotros, o sobre otra persona. De esta manera, permanecemos en atención, lo cual siempre está en el presente.

Un buen ejemplo sería cuando estás sentado quizás frente al ordenador escribiendo, y escribes algo que podría causarle daño a otra persona o que podría ser malinterpretado como tal en algún momento del futuro. Por supuesto, no quieres ser hiriente, así que inmediatamente, el sentimiento en tu cuerpo que está conectado experimenta una perturbación. Sientes esto como una especie de alarma que suena en tu cuerpo tan pronto como eso sucede. Bueno, yo diría que es mejor que lo sientas en tu cuerpo, porque si no, podrías enviarle ese correo electrónico a alguien, y podrías confundirle, y alguien podría salir herido innecesariamente. En ocasiones los alumnos son bastante groseros conmigo, aunque probablemente no lo pretendan, porque me escriben sin que se active ese sistema de alarma. Así que, en mi caso, tengo que responderles, y quiero apoyarles y ayudarles. Muy a menudo respondo a la pregunta de alguien sobre algo, y si lo leyeras, quizás dirías que es “diplomático”. Pero esto de que estoy hablando es a menudo mucho más profundo que eso. Tienes que estar en un estado en el que seas consciente tan pronto como empieces a decir algo negativo. Este es un estado mental natural extremadamente importante, y yo diría que es muy difícil dirigir a otros sin esto.

Alumno: Gracias, Sensei. 

Alumno:  Entonces, Sensei, ¿cuándo fue la primera vez que usted experimentó el peso inferior? ¿Fue con Suzuki Sensei en una clase o fue anteriormente, o fue cuando estuvo con Tohei Sensei alguna vez?

En realidad, fue antes de conocer a Tohei Sensei o a Suzuki Sensei, aunque en aquel momento no tenía ni idea de que era “el peso bajo”.  Estaba en la ciudad de Nueva York cuando tenía unos 25 años. No había recibido ninguna enseñanza sobre la verdadera calma, pero había estado permaneciéndome quieto mucho, acostumbrándome a la meditación. Un día estaba preparándome la cena, cortando verduras en la cocina, y alguien inesperado tocó muy fuertemente a la puerta, y todo hizo “puf”, y por primera vez mi vientre se relajó completamente. Sentí como si mi estómago se abriera de repente hasta el fondo de sí mismo, y experimenté una especie de plenitud del ser por primera vez desde que era niño. Más tarde me di cuenta de que me había estado aguantando el estómago desde dentro, y que lo había estado haciendo desde que tenía uso de la razón. Había estado aguantando todo, cerciorándome de que todo iba bien. Siempre había tenido la sensación de necesitar controlar las cosas, y justo en ese momento eso me abandonó, de repente, “¡bum!”.  

Creo que fue la primera vez que realmente experimenté un pequeño atisbo de mi estado natural. Fue todo muy dichoso pero confuso en el momento. No tenía ni idea de lo que estaba pasando porque estaba tan desprovisto de cualquier significado que tuviera sentido para mí en ese momento, excepto que fue una sensación completamente maravillosa. Me sentí libre, por primera vez desde que era niño. De hecho, me sentí exactamente como si volviera a ser niño. Duró muy poco tiempo, sólo hasta que empecé a pensar en ello, tratando de averiguar lo que estaba sucediendo, y entonces todo volvió a reconstruirse. 

Te diré esto. No fue la primera vez que me ocurría algo así. Pasé mis primeros años en un rancho, y pude estar solo la mayor parte del tiempo. Había un hermoso arroyo que atravesaba el rancho, con viejas y gigantescos árboles de pacana y robles, y había zorros y mapaches, y peces en el arroyo, y arboledas de bambú, y todo este increíble mundo natural, y pude estar solo en este entorno cada día durante todo el día. Una vez que terminaba mis tareas cada mañana, mis padres me dejaban pasar todo el tiempo haciendo eso. Había un camino de tierra por el que caminaba para llegar al arroyo. Y hoy, justo esta mañana, estaba caminando por un camino de tierra parecido, en un sitio de trabajo en Kula, y mientras caminaba por este camino de tierra, me di cuenta de la sensación que tenía entonces, cuando era un niño, y era esta misma libertad, esta profunda, profunda sensación de calma.  Pero en aquel entonces no lo sabía realmente, supongo. Quiero decir que sencillamente pensaba que era la forma natural de las cosas, en aquellos días. Simplemente me lo pasaba bien viviendo, y me parecía que siempre sería así. Tal vez, si tienes la suerte de tener este tipo de experiencia como persona joven, entonces tal vez hayas tenido un tipo de experiencia similar. En su momento no me pareció nada especial. Ni siquiera la aprecié realmente porque no tenía nada con que compararla. Ahora me doy cuenta de que fue una gran bendición tener esta oportunidad. Hubo otras veces en las que se produjo este tipo de experiencia, así que no puedo decir realmente cuándo fue la primera vez que supe de su profundidad.

Alumno: En el pasado, usted se refirió a ese incidente en la ciudad de Nueva York como “liberar el cinturón de la ansiedad”. 

Ah, sí. Hace tiempo que no utilizo esa frase. Eso es lo que sentí, como soltar un cinturón hecho de ansiedad. Y después, cuando ese cinturón volvió, lo examiné, y me di cuenta de que no estaba reteniendo el estómago sólo porque quería verme bien.  Era mucho más que eso.  Era para sentir que era poderoso y que tenía el control. Por supuesto, no lo tenía, nadie lo tiene nunca, pero no sabía cómo lidiar con el hecho de no tener el control, excepto para tensarme y esforzarme más. Es una condición tan abrumadora para un ser humano, esta necesidad de tener el control. Puede ser desde una preocupación hasta una especie de desesperación. Es el objetivo principal de la mente pequeña cada momento de cada día, así que probablemente, para la mayoría, no se va del todo. Por eso siempre enseño simplemente a notar. Observa cuánto ansías el control y lo que te causa hacer, cómo te hace hablar con los demás, cómo te hace tratarte a ti mismo y a los demás.

Alumno: Gracias. 

Alumno: ¿Podría hablar un poco más sobre el primer principio de la calma y la idea de sentirse cómodo en ese estado? Porque acaba de hablar del control, y creo que muchos de nosotros tratamos de ejercer mucho control sobre nosotros mismos sólo para estar cómodos.

Sí, es muy irónico, ¿no? ¿Cómo funciona eso para ti? ¿Podemos realmente sentirnos cómodos, verdaderamente cómodos, tratando de controlar nuestro entorno? Mi experiencia es que sólo podemos sentirnos cómodos dejando de intentar estar cómodo de cualquier manera. “Intentarlo” siempre crea tensión. En otras palabras, nuestra condición natural en la conciencia es de profunda calma, lo que, por supuesto, proporciona la sensación más íntima de comodidad. No sólo es cómodo en nuestro cuerpo físico, sino que también lo es en nuestro estado mental. Y siempre que estamos tratando de controlar las cosas, particularmente si estamos tratando de controlar nuestro nivel de comodidad, entonces estamos obstaculizando esa capacidad. Simplemente estamos traicionando nuestra propia condición natural. Me parece que mucha gente no está consciente ni de que la oportunidad de liberarse de eso existe, 

La mayoría de la gente pasa toda su vida sin experimentar esto. Es decir, puede que no tengan ni un solo momento de liberación de la tensión en el abdomen. Este “cinturón de ansiedad” se construye del esfuerzo hacia el autocontrol, no sólo controlando a nosotros mismos de no hacer algo inapropiado, sino también estando seguros de que estamos haciendo las cosas para enfatizar las mejores oportunidades para nosotros mismos. Quizás ni siquiera sea lo mejor para nosotros, pero sentimos que es lo más adecuado para nuestro nivel de comodidad, lo más placentero para nosotros. Todo es muy confuso. Cuando estamos obsesionados con el objetivo de obtener sólo placer y evitar el dolor, entonces siempre vamos a estar impidiendo nuestro propio progreso, sin experimentar nunca el simple hecho de andar por el camino de tierra sin ninguna preocupación.

Alumno: Sí, gracias. 

Alumno: Sensei, hay algunas situaciones en la vida que son incómodas, y en los cuidados paliativos, cuando estamos enseñando a los voluntarios a ir con alguien que está muriendo y tal vez con mucho dolor, hablamos de estar cómodo con lo incómodo.

Ya veo. Parece un punto importante, al menos en esa situación. Es como si no pudiéramos evitar desear el placer y evitar el dolor o la incomodidad, pero podemos notar, y cuando estamos notando que estamos incómodos, estamos en la conciencia, estamos prestando atención, y en cuanto estamos prestando atención, estamos cómodos aunque estemos incómodos, ¿sí? 

Alumno: Wow, sí, y creo que la incomodidad aumenta con el rechazo de su condición.  “Oh, no quiero sentir eso porque es incómodo”. Pero si podemos permitirnos estar con la incomodidad, entonces hay una relajación que ocurre. Una aceptación que es más el estado natural.

Tal vez podamos ver que todos los estados pueden experimentarse de esta manera. Por ejemplo, cuando sentía dolor en la rodilla justo después de la operación de reemplazo, la experiencia del dolor era severa y, sin embargo, misteriosamente, estaba bien, ¡siempre que no me quejara de ello! Al principio, me daban morfina, y eso estaba muy bien. Me gustaba, pero me la dieron sólo menos de dos días, para evitar que me hiciera adicto. Después de eso, me ofrecieron otro medicamento que tenía extraños efectos secundarios, así que no lo tomé. Sí que atenúa la experiencia del dolor, pero también atenúa todo lo demás. Así que practiqué estar con el dolor sin resistirme, lo cual me ayudó a no sufrir ni luchar. Esto no es lo normal; es algo raro, pero de vez en cuando, una persona se encuentra en este tipo de situación realmente intensa. Lo mejor para todos nosotros es, por supuesto, practicar continuamente. 

Nunca podemos predecir lo que sucederá con seguridad, pero una cosa que podemos predecir es que si tratamos de tener tal o cual tipo de experiencia, nunca la tendremos.  La práctica no es para eso. Tenemos estas experiencias inesperadas en nuestra vida.  Si tenemos suerte, hemos conocido a un maestro y tenemos una buena práctica. Y luego, si tenemos mucha suerte, algo así empieza a suceder regularmente en nuestras vidas, y así nos volvemos lo suficientemente experimentados como para ser maestros de otros, y todo esto sigue así, ya sabes, siglo tras siglo tras siglo.

Alumno: ¿No le parece que a muchas personas les acontece esto brevemente en sus vidas? Puede que no sepan lo que es; simplemente les ocurre. Pero cuando escuchan a alguien como usted hablar de ello, hay una resonancia. 

Oh, sí, estoy seguro. 

Alumno: Y eso es tal vez lo tiene sentido para ellos y así es como saben que deben seguir un camino.

Sí, me parece que tienes razón.

Alumno: Creo que posiblemente ocurre más a menudo de niño, o bien sólo en raras ocasiones, pero la mayoría de la gente no tiene ningún contexto para entenderlo en ese momento. 

Cierto. Por lo tanto, es responsabilidad del maestro mostrar la experiencia, no sólo hablar de ella. Y “mostrar” no significa necesariamente demostrar físicamente algo. Simplemente se puede mostrar por la manera en que se cuenta. Cuando estaba sentado en mi despacho antes de empezar la clase, como hago a menudo, recordaba que no importa lo que digas si no estás en el estado de mente adecuado cuando lo dices. Lo que digo son, en gran medida, palabras que intentan describir algo que es indescriptible, pero si lo estoy experimentando cuando lo digo, entonces eres capaz de reconocerlo de alguna manera, y puedes pensar: “¡Oh, esto es algo que me resulta familiar de alguna manera!”

Alumno: Se hace evidente. Es una resonancia.

Sí, creo que es importante notar esto. Pasamos demasiado tiempo preocupándonos por lo que decimos en lugar de nuestro estado mental y corporal cuando lo decimos. Lo mismo ocurre con nosotros cuando estamos escuchando a otra persona. Si estamos en este estado de profunda calma, tanto como sea posible, escucharemos esto de manera diferente y descubriremos mucho más el significado mayor.

He hablado de los tiempos en que escuchaba a Suzuki Sensei y comparaba todo lo que decía con mi filosofía, aceptando esto, rechazando aquello, como si supiera lo que estaba haciendo. ¿Alguien más hace esto? Sí, todo el mundo lo hace en algún momento. 

Sin embargo, mientras más atención podamos generar, más nos beneficiaremos de estar juntos unos con otros en este formato de entrenamiento, simplemente porque así es como se produce la transmisión. Todo el mundo quiere saber qué es esta “transmisión”, y quizás podamos ver que no se puede decir con palabras. La transmisión no es necesariamente algo que aprendemos de otro, exactamente, sino algo que se absorbe al estar con otro.

Cuando nos reunimos así, a menudo hay largas pausas entre los comentarios. Estas pausas nos dan la oportunidad de abrirnos de una manera que sirva a nuestros propios intereses. Así es. Creo que todo el mundo lo sabe sin pensarlo. Y de nuevo, por favor, recordad que no se trata de lo que decimos, sino de nuestro estado de mente, y entonces todo lo que se dice despierta algo en nosotros si nuestro estado de mente es receptivo en este sentido.  

[Permítidme añadir que esto mismo es cierto incluso cuando estamos leyendo esto. Es totalmente posible percibir el significado más profundo de lo que se dice, si leemos con una mente tranquila.]

Alumno: Sensei, antes decía que la calma tiene que ver con flotar o con la ligereza. ¿Puede explicarlo con más detalle? 

La experiencia de ser uno con todo nos hace inconscientes del peso de nuestro cuerpo. Una vez, estábamos en Japón practicando la postura de san kaku no kamai (la postura triangular), y la persona que estaba a mi lado le preguntó a Tohei Sensei: “¿Sobre qué pie debería recaer mi peso?” Y Tohei Sensei dijo: “¿Su peso? ¿Qué peso?” Y supe, por la forma en que lo dijo, que él sentía que nos había enseñado que cuando eres uno con todo, no hay autoconciencia de la pesadez, ¿y por qué no estábamos recordando eso? 

Se trata de la conciencia de uno mismo (contrayéndose en el yo) frente a la conciencia universal (que lo abarca todo a la vez). O bien el objeto de nuestra conciencia es algo relativo en lo que nos centramos y tratamos de resolver, o bien el objeto de nuestra conciencia está vacío y libre de lo que podría distraernos, de modo que estamos en un estado abierto, que lo incluye todo. Eso es lo que Tohei Sensei nos ha estado enseñando, y por eso hago estas sesiones de preguntas y respuestas con ustedes, para que todos podamos repasar estas enseñanzas a fondo y con frecuencia. 

Bien, muchas gracias.